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El arte de la cata

Catar un Saint-Émilion y disfrutarlo

Catar un Saint-Émilion implica unos sencillos pasos que permiten conocerlo, sentirlo, comprenderlo y disfrutarlo de forma natural.

Sólo existe un método basado en los gestos naturales del consumo del vino. Mirarlo, olerlo, probarlo (escupirlo o beberlo dependiendo del lugar donde esté) y finalmente emitir un juicio. Estos simples gestos dejan espacio para el asombro, el placer, la imaginación y todas las evocaciones, ya que la experiencia es tan personal.

LAS CUATRO ETAPAS

DE LA CATA

TOME LA BEBIDA EN LA MANO

Tome la bebida en la mano, en una copa que la resalte.

Sujete la copa por el tallo para no calentar el vino con la palma de la mano.

MIRAR EL VINO

Mirar el vino. El contacto visual es fascinante. Este enfoque le invita a descubrir los diferentes matices de color que componen su apariencia. Para esto, incline la copa 45° frente a usted. Un fondo blanco neutro bajo de la copa le permitirá expresar el verdadero color y no perder ningún matiz. Observar el vino le permite evaluar su intensidad y su edad. ¿Es oscuro y, por lo tanto, denso y tánico, o es claro y ligero?

¿Es más violeta y, por lo tanto, joven, o anaranjado y, por lo tanto, viejo? Haga circular el vino por las paredes y observe cómo las lágrimas fluyen lentamente. Estas lágrimas o piernas indican el grado de alcohol del vino. Cuanto más presentes estén, más alcohólico, potente y redondo será en su boca.

Los colores de los vinos de Saint-Émilion

Aunque los vinos de Saint-Émilion son, por supuesto, tintos, a lo largo de su existencia adquieren todos los matices . Jóvenes, predomina el color rubí. Más adelante aparecen reflejos granada y púrpura. A medida que el vino evoluciona, dan lugar a los matices teja y anaranjados. Finalmente, los vinos más viejos se colorean de marrón cuando la luz del día atraviesa el preciado néctar. Así que todo es una cuestión de madurez.

OLER EL VINO

Olerlo permite analizar los aromas agradables. Hacer girar el vino en la copa, suavemente, aumenta la evaporación de los olores. Los aromas que se liberan son más ricos, más densos.

Los vinos de Saint-Émilion se componen aproximadamente de un 70% de Merlot, un 20% de Cabernet Franc y un 10% de Cabernet Sauvignon. El Merlot aporta aromas de pequeños frutos rojos y negros. El Cabernet Franc es la base de la finura y la elegancia. Por último, el Cabernet Sauvignon contribuye a la longevidad con sus taninos vivaces.

Si el vino es joven, sus aromas serán frescos y afrutados. Si es viejo, desprenderá aromas a fruta en aguardiente, a cuero salvaje, a asado, etc.

PROBAR EL VINO

Llévelo a la boca y pruébelo. El momento es fascinante. El néctar llega a sus labios, sus ojos se cierran. Espere un momento. Un pequeño sorbo es suficiente para expresar los cuatro sabores básicos: amargo, agrio, dulce y salado. Luego deje que este sorbo se arremoline en su boca para que exprese por completo su poder. Siente la textura. Dulzura o acidez, picor o sequedad. Luego inhale un poco de aire para mezclarlo con el vino y agudizar sus papilas gustativas. En este caso decimos que estamos haciendo retro-olfato. Y por último, pruébelo. Se revelan entonces el retrogusto y la persistencia en boca.

Catar un vino es finalmente bastante sencillo

Cada uno tiene las herramientas a su disposición. Dos ojos, una nariz, una boca. Sin olvidar la memoria, que también puede jugar un papel importante. Algunos Saint-Émilion dejan recuerdos imborrables. Sus nombres están asociados a tales sensaciones que son reconocibles entre miles.

Catar un vino también significa encontrar las palabras adecuadas para hablar de él

El vocabulario del profesional, del enólogo o del amante del vino ilustrado está lleno de términos técnicos. Visite nuestro glosario para encontrar algunos términos básicos que le ayudarán a «hablar de un vino». Pero de nuevo, catar es un ejercicio y un placer personal. No se deje intimidar y simplemente diga lo que siente. Con unos pocos ejercicios, su vocabulario se enriquecerá y será más preciso. Amplio, embriagador, franco… ¡Encuentre el adjetivo adecuado para describir el vino que ha catado!

Reconocer un gran vino de Saint-Émilion

Catar un vino es un placer subjetivo. Sin embargo, algunos vinos se presentan como grandes vinos de una manera objetiva y concreta.

El amante del vino no se equivoca. En boca se detecta una armonía entre tres características gustativas muy tangibles: grado de alcohol, acidez y tanino

Cuando estos tres elementos se fusionan en un sutil equilibrio y a ello se suma un buen final, una bella persistencia aromática y un interesante potencial de envejecimiento, podemos entonces decir que es un gran vino.

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