También llamada picadura, esta enfermedad del vino está causada por la presencia de bacterias acéticas que acidifican el vino. Para evitarlo, el vino debe protegerse del aire.
Proviene principalmente del metabolismo de la vid (gracias a los principales ácidos que constituyen la uva: tartárico, málico y succínico). Hasta cierto nivel, la acidez aporta frescura y vivacidad al vino, y ayuda así a equilibrarlo. Sin embargo, si es excesivo, se convierte en un defecto, dándole un carácter picante y verde. Por el contrario, si es insuficiente, el vino queda suave.
No presenta defectos.
Un vino agradable cuyo carácter no es demasiado pronunciado.
Se refiere a un vino cuyo envejecimiento o fermentación le ha permitido desarrollar aromas amaderados (a notas tostadas, asados, olores a madera o incluso notas tostadas de café, moca y chocolate).
El amargor y la astringencia son dos sabores que se refuerzan mutuamente. Suele estar presente en ciertos vinos tintos jóvenes ricos en taninos. También puede ser un defecto debido a una enfermedad bacteriana durante la fase maloláctica.
Estudio de las variedades de uva, su forma, su comportamiento agronómico y su origen.
Designa una serie de aromas que evocan los olores del reino animal: almizcle, venado, cuero, etc., especialmente presentes en los vinos tintos viejos. Estos aromas se recombinan en la botella y aparecen a medida que el vino envejece.
Año en que se vendimió un vino.
Adjetivo que designa una variedad de uva que produce uvas sin semillas.
El conjunto de principios olfativos de los vinos jóvenes (a diferencia del bouquet, adquirido durante el envejecimiento). Existen tres tipos de aromas:
Los aromas primarios o varietales preexisten en la uva y dan al vino su olor característico. Por ejemplo, Cabernet-Sauvignon, con aromas de pimienta verde. Generalmente evocan aromas florales, frutales o vegetales.
Los aromas secundarios, o aromas de fermentación, son producidos por las levaduras durante la fermentación alcohólica y maloláctica. Evocan plátanos, esmaltes de uñas, dulces ingleses… pero también velas, cera, trigo, brioche… o incluso mantequilla fresca o nata.
Los aromas terciarios se refieren al bouquet, el olor que desarrolla un vino durante su envejecimiento en la botella en un ambiente reductor (sin oxígeno). Por ejemplo, trufa, chocolate, moca, coco, aromas de pastelería (pastel, miel, pasta de almendras) así como notas animales (piel, cuero, almizcle).
Labranza otoñal durante la cual se levanta la tierra contra y entre las viñas, formando la hilera de cepas.
La dureza en el paladar de un vino muy rico en taninos jóvenes y que no ha podido suavizarse.