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Hacia menos pesticidas y más biocontrol
La reducción del uso de productos fitosanitarios es una preocupación diaria importante para responder a la presión social y a las expectativas de los consumidores.
Para medir el progreso y la evolución en esta materia se han establecido numerosos indicadores. Aunque los productos utilizados (etiquetados con Autorización de Comercialización) se utilizan con moderación y precaución, hay que hacer todo lo posible para medir y limitar el impacto de estas prácticas sobre el medio ambiente.
El punto de partida de estas buenas prácticas es el ajuste correcto de los equipos de pulverización, factor clave para optimizar los tratamientos, ofrecer una mejor protección a las vides y reducir la dispersión de los productos en el medio ambiente.
El Consejo de los Vinos organiza periódicamente campañas de concienciación sobre el correcto ajuste del pulverizador y para esto les proporciona un kit de autodiagnóstico a los viticultores.
Los vinos de Saint-Émilion también están asociados a proyectos con la Liga para la Protección de las Aves (LPO). Se formó un grupo de viticultores para analizar la actividad de los murciélagos en el viñedo y cerca de las infraestructuras agroecológicas. El murciélago es una especie que puede ser muy útil en la lucha contra las enfermedades: un solo animal puede cazar hasta 3.000 insectos por noche y limitar así el uso de productos fitosanitarios.
Mediante un micrófono ultrasónico, los viticultores pueden grabar las llamadas interceptadas, geolocalizarlas y reconocer las especies mediante una aplicación. Con la LPO hemos aprendido lecciones que nos permiten desarrollar el viñedo para atraer a estos aliados de la vid y maximizar la depredación.
Otro aliado volador de la vid: los insectos polinizadores, en particular las abejas. Desempeñan un papel crucial en la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas. Por ello, para protegerlas y reforzar las poblaciones en el viñedo, la certificación Bee Friendly (certificación medioambiental de nivel 2) anima a las explotaciones a adoptar prácticas que preserven a los polinizadores garantizando una agricultura responsable.
Las explotaciones vitivinícolas proporcionan hábitats adecuados para las abejas, evitan el uso de pesticidas perjudiciales para los polinizadores y se comprometen a adoptar métodos de cultivo respetuosos. Se reintroducen flores y diversas especies vegetales en las parcelas o alrededor de ellas para comodidad de las abejas, ofreciéndoles un hábitat natural propicio para su desarrollo.
