Terra Vitis

La certificación Terra Vitis se basa en un riguroso pliego de condiciones que rige las prácticas agrícolas de los viticultores. Deben utilizar técnicas respetuosas con el medio ambiente para gestionar plagas y enfermedades. Disponen de una lista de productos prohibidos (CMR1 como en HVE) y otra restrictiva (CMR2 con un IFT máximo), reduciendo así el impacto de los productos químicos en el medio ambiente.

Preservación de la biodiversidad

Los viticultores certificados Terra Vitis toman medidas concretas para proteger y preservar la biodiversidad en sus fincas. Fomentan la convivencia armoniosa entre viñas, fauna y flora implementando acciones como la plantación de setos, la creación de espacios naturales y la preservación de hábitats naturales. Estas acciones ayudan a mantener y promover la biodiversidad local.

Gestión responsable del agua y la energía

La viticultura sostenible implica el manejo responsable de los recursos naturales. Los viticultores certificados Terra Vitis se comprometen a implementar prácticas de riego sostenibles, adaptando el suministro de agua a las necesidades reales de la vid y evitando el desperdicio. Además, optimizan su consumo energético adoptando medidas ecoenergéticas y favoreciendo el uso de energías renovables, como la energía solar.

Aspectos sociales y societarios

La certificación Terra Vitis también integra aspectos sociales y societarios. Los viticultores certificados velan por el cumplimiento de las normas de seguridad y salud en el trabajo, garantizando así condiciones de trabajo seguras para los empleados. También promueven el empleo local y las prácticas comerciales éticas, contribuyendo así al desarrollo económico y social de su territorio.

En el marco de la certificación Terra Vitis, los viticultores deben presentar justificaciones detalladas de sus prácticas, garantizando así la transparencia y la trazabilidad de sus acciones. Estas justificaciones cubren varios aspectos esenciales de la viticultura sostenible.

• La trazabilidad de los tratamientos es uno de los requisitos clave de Terra Vitis. Los viticultores deben registrar y documentar todos los tratamientos realizados en sus viñas, incluidos los productos utilizados, las fechas de aplicación y las dosis aplicadas. Esto permite seguir con precisión el uso de productos fitosanitarios y verificar su conformidad con las normas medioambientales.
• La trazabilidad de la fertilización es un requisito importante. Los viticultores deben registrar los métodos de fertilización utilizados, los tipos de fertilizantes aplicados, las cantidades utilizadas y las fechas de aplicación. Esta trazabilidad permite controlar el uso racional de los fertilizantes y minimizar los riesgos de contaminación de los suelos y de los recursos hídricos.
• También son necesarios análisis de suelo para evaluar las necesidades reales de nutrientes de las vides. Los viticultores deben llevar a cabo periódicamente análisis de suelos para determinar eventuales carencias y adaptar sus prácticas de fertilización en consecuencia. Estos análisis contribuyen a un uso más preciso de los fertilizantes, reduciendo así los impactos ambientales.

• El mapeo de las parcelas es una práctica recomendada dentro de Terra Vitis. Se anima a los viticultores a elaborar mapas precisos de sus parcelas, indicando en particular las zonas con problemas medioambientales específicos. Estos mapas ayudan a orientar mejor las intervenciones y optimizar el uso de los recursos.
• El manejo de los residuos es otro de los aspectos que tiene en cuenta la certificación Terra Vitis. Los viticultores deberán facilitar comprobantes para la retirada de residuos de la explotación vitivinícola, garantizando así su correcta eliminación de acuerdo con la normativa vigente. Esto incluye los residuos de las bodegas.
• Cuando se trata de productos fitosanitarios, Terra Vitis impone normas estrictas. Los viticultores certificados deben respetar un límite del 0% de CMR (cancerígenos, mutagénicos, reprotóxicos) tipo 1, que incluye las sustancias más peligrosas para la salud humana y el medio ambiente.
• La certificación Terra Vitis también establece objetivos cuantitativos para el manejo del nitrógeno y del deshierbe. Los viticultores deben garantizar no superar un máximo de 60 unidades de nitrógeno por hectárea y año, limitando así los riesgos de contaminación de las aguas subterráneas. Además, se debe desmalezar menos de dos tercios de la superficie del suelo, promoviendo así la biodiversidad y la preservación de los suelos.