Viñedo sostenible
Un entorno excepcional declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad es una historia milenaria que implica una gran responsabilidad medioambiental.
El primer sindicato vitícola creado en 1884, el Consejo de los Vinos de Saint-Émilion, ha estado siempre firmemente comprometido con una viticultura sostenible y respetuosa del medio ambiente y la biodiversidad.
Tanto individual como colectivamente, los viticultores y vinicultores de Saint-Émilion se comprometen día tras día a hacerle frente a los retos climáticos, preservando al mismo tiempo la biodiversidad y la belleza excepcional de este viñedo mundialmente famoso.
En 2015, me presenté como candidato a la presidencia del Consejo de los Vinos de Saint-Émilion con un objetivo claro: acelerar la transición agroecológica de nuestro hermoso viñedo. Desde hace casi 10 años, trabajamos colectivamente para implicar a todos los viticultores de Saint-Émilion en un enfoque medioambiental global en el que todos creen. Hoy en día, el 100% de nuestras propiedades de Lussac Saint-Émilion, Puisseguin Saint-Émilion, Saint-Émilion y Saint-Émilion Grand Cru cuentan con certificación medioambiental. Estamos muy orgullosos de lo lejos que hemos llegado y seguimos siendo pioneros en este campo, siempre a la búsqueda de nuevas prácticas responsables. Preservando el medio ambiente hoy y para las generaciones futuras.
Aportar más biodiversidad a las parcelas mediante la plantación de setos y arbustos, es uno de los objetivos de este proyecto colectivo donde cada viticultor puede participar, proponer y aportar nuevas especies locales que serán criadas en el vivero antes de ser recuperadas y plantadas nuevamente en las parcelas.
Aunque cada viticultora y viticultor cree en la viticultura sostenible y en la mejora de las prácticas, no siempre es fácil hacerlo solo. En este caso, pueden contar con el apoyo de un departamento dedicado al Medio Ambiente y la Biodiversidad dentro del Consejo de los Vinos de Saint-Émilion, que se apoya en numerosos socios: INAO, GDON du Libournais, IFV, INRAE, CNAOC, LPO, CIVB, Chambre d’Agriculture …
Un suelo sano es aquel que es "naturalmente fértil" gracias a la actividad microbiana que puede contener y a la vegetación que se mantiene o se cultiva en él.
Con el fin de mejorar la calidad de nuestros suelos y adaptar nuestras prácticas para un medio ambiente más sano, apoyamos a nuestros viticultores en la aplicación de prácticas más respetuosas con el medio ambiente, como las cubiertas vegetales o los abonos verdes.
Con el fin de responder a las expectativas de los consumidores y por el bienestar de todos, el Consejo de los Vinos de Saint-Émilion y sus socios sensibilizan a los viticultores sobre las buenas prácticas a adoptar, el ajuste correcto de la maquinaria y la preservación de los auxiliares naturales del viñedo, como los murciélagos, aliados esenciales.
La Jurisdicción de Saint-Émilion está inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO por sus paisajes culturales. Preservarlos es, por lo tanto, una cuestión esencial para nuestros viticultores, que cartografían las especies presentes, plantan árboles y setos, e implican a la población local para que estas prácticas contribuyan a la buena convivencia en este territorio compartido.
Los recursos hídricos son un tema importante para las próximas décadas, y la viticultura no es una excepción. Su calidad y conservación dependen tanto de una buena gestión de los efluentes como de un uso controlado en el viñedo y la bodega. El vínculo con todas las infraestructuras agroecológicas es aquí esencial: con los sindicatos del agua, enriquecemos nuestro conocimiento de los ecosistemas ligados a los cursos de agua para mejorar nuestras prácticas cotidianas.
Mujeres y hombres, viticultores, residentes locales, vecinos y visitantes, están en el centro de nuestro enfoque medioambiental. El Consejo de los Vinos de Saint-Émilion desea resaltar el atractivo de las profesiones vitícolas para todos, participando en programas de capacitación e inserción para personas desempleadas.
La humanidad en el corazón de la vida incluye también todos los intercambios entre viticultores y habitantes de la zona para sensibilizar sobre los problemas de cada uno y encontrar soluciones que nos ayuden a vivir mejor juntos. Talleres de sensibilización y educación en torno a la vid, plantación de setos cerca de lugares sensibles para crear corredores ecológicos que respeten el paisaje y contribuyan al bienestar y a la mejora del medio ambiente son algunos ejemplos de las acciones emprendidas.
Un gran reto al que se enfrentan nuestros viticultores: ya sea granizo o heladas, los riesgos climáticos nos obligan a revisar nuestros métodos y a implementar nuevas prácticas para adaptarnos a estas limitaciones meteorológicas.
Por esto, desde 2021 se está probando un sistema de lucha colectiva contra el granizo en las denominaciones vitícolas de Saint-Émilion que ya ha permitido protegernos de las tormentas de granizo.
Las heladas no son una excepción. Azote temido por todos los viticultores, éstos combinan diferentes métodos para combatir este peligro meteorológico. El Consejo de los Vinos de Saint-Émilion participa en varios proyectos de investigación nacionales e internacionales destinados a desarrollar técnicas innovadoras de lucha activa y pasiva contra las heladas.